El origen del principio

Hoy nos estrenamos con este anecdotario de experiencias de un estudio de pole dance. Si bien Acroespacio ya lleva casi un año de operaciones, recién pudimos remodelar la página y hacerle un huequito para ir compartiendo ideas y experiencias que tanto alumnas como maestras vamos pasando en un estudio de pole, en el que también trabajamos otras disciplinas relacionadas. La verdad que es intimidante escribir la primera entrada del blog. Tal vez la forma más sensata de empezar sea por el origen del principio. Contando la historia de cómo nació el Acroespacio, también conocido como nuestro #happyplace. Desde hace muchos años tenía el sueño dorado de tener un estudio de Pole en el que pudiera compartir la diversión, alegría y motivación que me provoca el Pole Dance y siempre le andaba sacando la vuelta a ese sueño. La realidad es que hoy tenemos Acroespacio gracias al impulso de mis alumnas, que tras año y medio de ejercicios pandémicos en línea (y varios años más de conocernos y ser cómplices del pole en otro espacio que también fue muy hermoso para nosotras), demandaban ya volver a la vida de carne y hueso, a los ejercicios en persona y a escuchar las risas, las correcciones y las porras de un grupo que estaba AHÍ, acompañándose unas a otras en el plano físico, compartiendo un espacio y un tiempo presente. El sueño tenía que volverse realidad porque vaya que necesitábamos esa conexión personal y era indispensable contar con un lugar adecuado a lo que yo soñaba y a lo que mis alumnas querían. Necesitábamos que este lugar nos permitiera explorar la actividad física de forma amable con nuestro cuerpo. Veníamos de 18-20 meses en los que, si bien hicimos un esfuerzo por mantenernos activas de lunes a jueves religiosamente, la realidad era que habíamos estado limitadas a los metros cuadrados de nuestra sala. Este lugar además tenía que recoger lo que habíamos experimentado antes de la pandemia, pero también donde pudiéramos darle continuidad al movimiento que descubrimos a fuerza del encierro y lejos del pole. De forma paralela yo estaba pasando por un proceso como de "desacoplamiento" en mi trabajo. Soy abogada de profesión y llevaba 12 años colaborando con Transparencia Mexicana, una organización que hace un trabajo importantísimo para el país, pero que ya no satisfacía completamente lo que yo estaba esperando para este momento de mi vida. Las piezas del rompecabezas ya no estaban encajando. Sin duda era el momento para echar un salto al vacío, con un mortal triple al frente y esperar con muchísima fe que iba a caer parada. El 5 de agosto de 2021 firmamos la renta de un local de ensueño y era el principio de mucho trabajo para ponerlo guapo y listo para que mis alumnas de siempre, y mis alumnas futuras encontraran este espacio cuya misión es propiciar que quienes estamos aquí podamos reconectar: con nosotras mismas, con nuestro cuerpo y emociones, con otras personas, con la calle, la música, el baile, el gozo de estar aquí y estar ahora. Y de pasada, agradecer lo que fuimos y lo que somos y la oportunidad de transformarnos. El Acroespacio dio su primera clase el 6 de septiembre de 2021. Y desde ese día y hasta ahora se ha ido llenando de nuevas maestras, alumnas y de muchas risas, logros esperados e inesperados, varios moretones y uno que otro golpecillo propio del movimiento. Pero sobre todo se ha llenado de mucha compañía bonita. Este primer blog está dedicado a mis alumnas de siempre: Carla, Ruth, Nazul, Noemi, Sindy, Ilse, Isabela, Mich, Monse, Tania, Ana, Hillary, Lucía, Fer, Gibelle, Katia, Lili y muchas otras mujeres poderosas con quienes he tenido la dicha de compartir el tiempo. Gracias por dejarme enseñarles las cosas que me hacen más feliz y gracias por dejarme aprender de ustedes. Sobre todo gracias por empujarme a concretar mi sueño dorado. Dar clases es un gozo porque te permite ver la evolución de las personas hacia estados de mayor felicidad, conocimiento y amor propio. Carla Crespo

Año nuevo, proposítos nuevos (que sí podemos a cumplir)

Empieza un nuevo año y nuestra cabeza empieza a cabilar sobre las cosas que queremos cambiar de nuestra vida. Nos decimos a nosotrxs mismxs sobre los propósitos que queremos cumplir en la siguiente vuelta al sol y empezamos a hacer algunos planes para lograr esos cambios. Definir una serie de propósitos es importante por que nos obliga a poner en perspectiva el lugar en el que estamos respecto del que quisieramos estar y cuando hacemos un ejercicio más consciente, también nos lleva a reflexionar sobre las acciones concretas que debemos tomar para acortar la distancia hacia estos objetivos. 

La cosa se pone difícil cuando tenemos que pasar de la idea a la acción: poner en marcha esas acciones que nos van a llevar a cambiar algunos aspectos de nuestra vida. Y se pone difícil por muchas razones: porque cambiar hábitos significa salir de nuestra zona de confort, porque el proceso es más largo de lo que imaginamos, porque cuando empezamos a avanzar llegamos a lugares distintos a los que nos imaginabamos, porque requiere más trabajo del que teníamos previsto, porque se presentaron situaciones que hicieron que el proceso fuera más complejo o imposible de seguir. Todas estas razones las enfrentamos todxs porque así es el cambio. Nada es lineal, ni ocurre conforme a los planes que hicimos. 

Tal vez no exista la receta perfecta para siempre mantenernos en el camino de lograr nuestros objetivos, pero creemos que hay algunas cosas que te pueden ayudar cumplir los objetivos que te propongas:

1. Hay que ser realistas: No es justo con nostrxs mismxs plantearnos objetivos que están super lejos de donde nos encontramos. Por ejemplo, proponernos hacer un maratón si con trabajo vamos caminando a la tienda. No porque sea imposible de lograr, sino porque la evidencia muestra que no te gusta caminar, mucho menos correr. Sería mucho más factible que el propósito fuera salir a caminar diario por x tiempo. Tal vez con ese propósito descubras que disfrutas caminar al aire libre y te sientas motivadx para salir con más frecuencia y/o por más tiempo, incluso tal vez empieces a correr y descubras una nueva pasión. 
2. El propósito tiene que se concreto, tanto por lo que se busca lograr, como por el plazo en el que se quiere lograr. No se vale ponernos como objetivo, por ejemplo, el ahorro, así, sin decir cuánto, para cuándo y para qué. Tener metas y plazos claros, ayuda a medir mejor nuestro progreso y a mantener la motivación para continuar con las acciones que nos permiten cumplir esas metas. El propósito puede ser ahorrar un porcentaje específico de cada pago que recibimos, durante el primer semestre del año, para poder salir de vacaciones en el verano. Para el segundo semestre se puede renovar la meta y el proceso será mucho más fácil de cumplir porque ya obtuvimos una recompensa por el esfuerzo que realizamos. 
3. Proponte cosas que te den felicidad a ti.  Muchas veces los propósitos los hacemos pensando en lo que todo el mundo dice que debemos lograr. No hay nada que sea más inútil que aspirar a cumplir con los deseos o la visión de otros. Proponerte bajar de peso, o cambiar de trabajo porque alguien más dice que es lo que deberías hacer "por tu bien" sólo nos va a llevar a la frustración y nos alejará de lo que realmente nos hace felices. Lo más importante en la vida es hacer aquello que nos dé felicidad a nosotros, que nos produzca bienestar y hacia allá debemos enfocar nuestros propósitos y metas. Antes de establecer un propósito, preguntate con seriedad si lo haces para ser más feliz TÚ, o para cumplir la expectativa de alguien más. 
4. CONSTANCIA - PACIENCIA - CONSTANCIA. Nada cambia de la noche a la mañana y sin ningún esfuerzo. Los propósitos que nos planteamos sólo vamos a lograrlos a base de constancia y paciencia, y cuando empecemos a desesperarnos, debemos de recurrir de nuevo a la paciencia y a la constancia. En el Acroespacio vemos que muchas personas llegan con la motivación de hacer ejercicio, esperando que muy rápido bajen de peso, se vuelvan super flexibles, super fuertes, les salga de volada el truco en pole, etc. La realidad es que sin constancia, sin paciencia y sin el disfrute del proceso y los pequeños logros, es poco probable que se logren las metas que nos proponemos, y en consecuencia que cumplamos nuestros propósitos y cambiemos nuestra vida. 
5. Disfruta el camino. Ya dijimos que cambiar es pasar por una serie de altibajos y lo único y lo mejor que podemos hacer es tomar con calma el proceso y disfrutar y aprender de lo que vamos atravesando en la ruta para lograr nuestos objetivos. Llegar al mar es hermoso, pero también es increible ver el cambio de los paisajes que nos permitieron llegar hasta el mar. Cada etapa tiene algo bonito para darnos y debemos mantenernos en la consciencia de que es importante valorar esas cosas pequeñitas que nos permiten evolucionar: ahí es donde realmente nos transformamos.